Q.E.P.D “killer”
No sabían por donde empezar, ni en que momento llevar acabo el delito. Ambos amigos se miraron en una complicidad profunda de crimen hasta que el más grande se levantó de la mesa, volteo su pierna y girando velozmente su cadera salió corriendo. Acto seguido, su amigo salió tras él.
Nunca antes había visto un perro muerto ante mis ojos.
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