-¿Fue muy grave?- a lo que respondió con timidez mientras él, le miraba los labios:
-mmm yo creo que sí, no debí quedarme con el vuelto del pan, sabía que se enojaría conmigo..le mentí. -Le respondió.
-Un padre nuestro y dos ave María- Y así, con un par de palmadas, Andrés volvió a su puesto en plena paz con Dios.
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